El centro de poder en el movimiento sindical reside
en los sindicatos nacionales e internacionales. Estas organizaciones establecen
amplias directrices para gobernar a los afiliados sindicales y formular metas
de negociación colectiva en el trato con la administración.
Los sindicatos nacionales realizan convenciones
para aprobar resoluciones, enmendar sus constituciones y elegir representantes.
El líder del sindicato nacional es el responsable de la administración general
de los sindicatos y ejerce gran influencia sobre las políticas y dirección del
sindicato.
Un sindicato nacional establece las reglas y
condiciones en las que los sindicatos locales pueden establecer sus estatutos.
Los sindicatos nacionales tienen disposiciones que rigen las cuotas, Trifas de
iniciación y la administración interna de las sucursales. Los sindicatos
nacionales también pueden pedir que se incluyan algunas cláusulas estándar en
los contratos de trabajo con los empleadores.
Los representantes de un sindicato local por lo
general son los responsables de negociar el contrato de trabajo local y de
investigar y procesar las quejas de los miembros. Lo más importante es que
ayudan a impedir que los miembros del sindicato local sean tratados por sus
empleadores de maneras que vayan en contra de las políticas de recursos humanos
establecidas por la administración.
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